martes, 7 de enero de 2014

Año Nuevo: una oportunidad para los cambios





Esta época de transición entre un año que se va y el nuevo que comienza, generalmente puede provocarnos la necesidad de hacer un balance.
Este balance nos lleva a reflexionar acerca de lo que sucedió en el año transcurrido:
Las cosas buenas, las malas. Y ahí determinamos si obtuvimos como cierre del mismo, ganancia o pérdida.
Vemos que cosas diferentes hicimos. Qué pudimos sumar a nuestra vida, qué se nos fue.
O podemos simplemente no ver nada de esto y pensar que fue un año malo. O pensar que todo siguió igual y que nada cambió…
Lo cierto es que el fin de un ciclo y el comienzo de otro, siempre nos pone reflexivos. Más sensibles.
Más allá de lo positivo o negativo que resulte el balance de tu año anterior, es importante que puedas descubrir que las cosas negativas que nos suceden nos ayudan a crecer, a incorporar recursos que quizás antes no teníamos. Y que atravesando dichas crisis, dichos cambios, es la manera que tenemos de añadirlos.
Son obstáculos que se nos presentan como oportunidades para cambiar.
Para que te des una idea, nosotros siempre atravesamos por crisis vitales; algunas son esperables, otras imprevistas. Estas crisis vitales, las esperables, son etapas que tienen determinados objetivos, determinadas tareas que según nuestra edad debemos cumplir. Y es así como vamos creciendo, evolucionando… nos vamos transformando.
El comienzo de un año calendario, es una nueva oportunidad. Un período donde podemos plantearnos qué metas nos quedaron por cumplir del año anterior. Qué área de nuestra vida merece más atención, qué aspectos queremos modificar de nuestra personalidad…
Así podemos modificar lo que no funcionó, empezar de cero, recargar energías, físicas y psíquicas. Re – generarnos. Transformarnos siempre.
Eso es lo que nos hace darnos cuenta que estamos vivos.

Siempre tenemos una nueva oportunidad…

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